En el Día Mundial de la Infancia
25 años después de la aprobación de la Convención de los Derechos de la Infancia, esta efeméride sigue recordando al mundo que, más que ante un día para la conmemoración, estamos ante una jornada de reivindicación de derechos, los de los más pequeños, las niñas y niños de todo el mundo que, tanto en el norte, como en el sur, siguen viéndolos insatisfechos en múltiples sentidos.
Desde el derecho a vivir y a tener una identidad, hasta el derecho al juego, basta hacer un recorrido por distintos países para saber que éstos siguen siendo vulnerados. Y nosotros, desde un posicionamiento crítico, debemos alzar la voz y trabajar, para que esto deje de ser una realidad consentida y no siempre abordada con el compromiso necesario, por gobiernos y sociedades.
El trabajo que desempeñamos desde Semilla para el Cambio en Varanasi (India) nos permite, con respeto hacia la sociedad india al tiempo que con la visión crítica de actores sobre el terreno, compartir una valoración de cuál es el estado general de la infancia con la que trabajamos cada día.
A la luz de los datos que cada año organizaciones como UNICEF arrojan, observamos la difícil situación de la infancia (2013), en el subcontinente indio. Cifras de malnutrición (61 millones de niños sufren desnutrición crónica), mortalidad (63 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, 2012) y trabajo infantil (el número de menores explotados supera los 10 millones, según cifras oficiales) que denotan lo mucho que queda por hacer en un país con una población infantil de 447 millones, 140 de los cuales son pobres (Unicef, 2011).
La pobreza debe ser entendida en la múltiple dimensión que la genera, cuyas consecuencias se miden más allá de los niveles de ingresos y cuyos rasgos resultan intangibles para este tipo de mediciones: inseguridad, carencia de libertad, falta de participación o exclusión social.
En esta pequeña parte del mundo en la que trabajamos, tenemos contacto con una realidad, la de los “slums”, que nos evidencia cada día este carácter multidimensional de la pobreza infantil. De ahí nuestra apuesta por un programa educativo, que empodera desde la infancia, y que al mismo tiempo trabaja con el resto de la comunidad, porque entendemos que erradicar la pobreza infantil pasa por erradicar también la de sus comunidades y familias. Un entorno libre de pobreza es condición necesaria para romper la transmisión intergeneracional que perpetúa esta lacra, en determinados sectores de la sociedad. Éste es #nuestrocompromiso.
Hoy estaremos muy activos y activas en las redes sociales, bajo el lema “Sus derechos, nuestro compromiso”, para compartir realidades que, creemos, debemos conocer y compartir para fomentar una llamada y acción críticas, en apoyo a colectivos tan vulnerables como el de los niños y niñas, en el entorno de los “slums” en el que trabajamos.
En este Día Mundial de la Infancia, esperamos encontrarte en nuestras redes sociales (Facebook Semilla para el Cambio y Twitter @semilla_cambio, hashtag #nuestrocompromiso), para que nos apoyes en la difusión y reivindicación de los derechos de la infancia; compartiendo tus impresiones, dando a conocer la realidad sobre el estado de estos derechos, a través de tu muro; y participando en la tarea de difundir y promover la acción para que cualquier vulneración de derechos de la infancia sea erradicada. Actúa por la infancia. Participa, comparte y difunde. Sus derechos, nuestro compromiso.