Semilla trabaja desde hace unos meses en la puesta en marcha de una nueva acción dirigida a las niñas y niños de los slums: el Programa de Desarrollo en la Primera Infancia. El objetivo es favorecer su correcto desarrollo en el periodo de máximo impacto y proporcionar estímulos a niños y niñas de entre seis meses y los cinco años, tras detectar problemas como retrasos en la motricidad.
Más de 200 millones de niños/as de todo el mundo no desarrollan todo su potencial debido a la pobreza, la malnutrición, la escasez de oportunidades o la exposición a situaciones de estrés. Las experiencias adquiridas en los primeros años de vida tienen hondas consecuencias en el desarrollo cerebral de una persona e influyen en su aprendizaje, su salud, su conducta y su potencial. Por eso, dedicar esfuerzos en la primera infancia es una de las inversiones más eficaces y efectivas que se puede hacer para eliminar la pobreza extrema.
Semilla para el Cambio empezó a trabajar en este nuevo proyecto de atención temprana desde que, a mediados de 2017, la psicopedagoga voluntaria Sara Laso realizara una evaluación de la situación de los bebés y los niños más pequeños en los slums. El resultado arrojó que sufrían retrasos en el desarrollo de la motricidad y otras áreas como la social y cognitiva.
La falta de higiene del entorno en el que viven, la ausencia de conocimientos de padres y madres, así como lo insuficiente e inseguro del espacio disponible para que se muevan, gateen y jueguen, influye en el deficiente desarrollo de los niños y niñas de los slums. El nuevo programa potenciará su desarrollo emocional y social, la motricidad y el lenguaje, ayudándolos, de este modo, a crecer en un entorno de cuidados y seguridad.
Dos fases de desarrollo
El programa se centra en los primeros años de vida de los niños y niñas, antes de ser escolarizados. Es en estos años cuando el cerebro del niño se desarrolla a un ritmo asombroso y presenta el mayor grado de sensibilidad al daño y también a las intervenciones destinadas a optimizar su desarrollo.
Para ello, se habilitará un espacio específico para del centro de desarrollo de la primera infancia en la planta baja del centro de Semilla en Sigra. Este área contará con mobiliario adaptado, juguetes y materiales específicos para la atención temprana y contará también con un jardín urbano, de cara a crear un entorno estimulante y enriquecedor para los niños y niñas. “Se trata de crear un ambiente cálido, acogedor y sensorialmente rico en el que se de respuesta a sus necesidades físicas, emocionales y espirituales”, explica María Bodelón.
El programa se desarrollará en dos partes: en una primera fase se pondrá en marcha un Proyecto de Educación preprimaria; tras un tiempo, le seguirá un Proyecto de Estimulación temprana.
Por un lado, el proyecto de educación preprimaria está orientado a los niños/as de entre tres y cinco años.
Durante este período, al que se denomina etapa preescolar, las destrezas lingüísticas, sociales, emocionales y cognitivas del niño/a se expanden con rapidez y en ello desempeñan un papel esencial el estímulo y el aprendizaje que proceden del juego, la lectura, el canto y la interacción con sus compañeros/as y con adultos/as que los cuiden en casa y en el entorno de la primera etapa educativa.
Aquí se utilizará una pedagogía centrada en el concepto de “aprender jugando”. El juego les permite a los niños explorar el mundo que los rodea y darle sentido, así como emplear y desarrollar la imaginación y la creatividad, y sienta los cimientos necesarios para la adquisición de conocimientos y destrezas sociales y emocionales que revisten una importancia crítica.
El Proyecto de Estimulación temprana está pensado para bebés y niños/as de edades comprendidas entre los seis y los 36 meses. Fomentará el desarrollo infantil ofreciendo un grado suficiente de estimulación temprana en los primeros mil días de vida, período en el cual el cerebro presenta el mayor nivel de plasticidad y se manifiestan las fases de «andar, hablar y pensar».
En sesiones grupales en las que participen seis o siete niños/as pequeños y sus madres, una especialista en atención infantil llevará a cabo distintas actividades y también ayudará a las familias a forjar una relación más sólida con sus hijos e hijas y a solucionar problemas que puedan presentarse a la hora de atender a los niños en casa. Habrá, asimismo, una intervención en materia de nutrición mediante la cual se ofrecerán una serie de directrices y se administrarán suplementos cuando sea necesario.
Actualmente, en los slumsde Sigra, hay unos 90 menores de entre seis meses y cinco años de edad. Y es a ellos a quien se dirige inicialmente este nuevo proyecto, que se pondrá en marcha entre 2019 y principios de 2021.