María Bodelón: “Estamos preparándonos para responder a un posible nuevo confinamiento”

Jessica Giner y Rumpa Paul en Varanasi, India.

La situación en India es dramática, a causa de la pandemia de coronavirus. El país ocupa ya el cuarto lugar en número de fallecidos por Covid-19, por detrás de Estados Unidos, Brasil y México, con más de 200.000 muertes y un ratio de contagios que alcanzaba esta semana los 360.000 en un solo día. El distrito de Varanasi es uno de los más afectados del estado de Uttar Pradesh. En su capital, donde trabaja Semilla para el Cambio, los hospitales están colapsados y los cuerpos se acumulan en los crematorios.

Tras unos meses en los que, según fuentes gubernamentales, las cifras de contagios se habían estabilizado, una segunda ola de coronavirus, atribuida a la que ya se conoce como “variante india”, ha sumido al país en un colapso sanitario y social que ocupa la primera plana de los medios de comunicación de todo el mundo.

Con los hospitales desbordados y la falta de oxígeno para atender a miles de pacientes, la situación del país se precipita de manera dramática. Las imágenes de largas colas de cuerpos esperando a ser incinerados en pilas funerarias que no dan abasto son el reflejo de la magnitud de la tragedia.

La situación en Varanasi

En Varanasi, donde desarrolla su labor Semilla para el Cambio, la situación ha empeorado en las últimas semanas. En un intento por frenar el avance del coronavirus y, al tiempo, de no paralizar totalmente la actividad económica de miles de familias que sobreviven de su trabajo diario, el gobierno del estado de Uttar Pradesh ha decretado un confinamiento de dos días semanales, que se suman al toque de queda nocturno implementado desde hace unas semanas.

Pero el crecimiento exponencial de casos hace prever un más que probable confinamiento total ante el que la sociedad civil se prepara para responder, aunque con las fuerzas menguadas por un año complicado para todos. Es el caso de Semilla para el Cambio. Su directora, María Bodelón, explica que si vuelven a confinar a las familias con las que trabaja su organización, “habrá que activar la emergencia alimentaria”. No obstante, al haber visto reducida su financiación de manera importante durante el último año, la ongd tendría que limitar su apoyo a las familias con estudiantes en el programa, dependiendo de nuevos donativos. “Confiamos en recibir apoyos desde España, como ya los recibimos el año pasado. Esto nos permitió distribuir alimentos a más de 1.200 personas”, explica.

Desde terreno, Jessica Giner, voluntaria llegada a Semilla para el Cambio hace tan solo cinco semanas, nos cuenta lo complicada que es la situación allí. La propia Jessica y otros miembros de la ongd se han contagiado de Covid-19. Esta situación, unida a las medidas de confinamiento parcial y a la necesidad de proteger a trabajadoras/es y usuarias/os de la ongd, ha llevado a la organización a suspender todas las actividades presenciales no esenciales. “Nuestros y nuestras estudiantes han vuelto a las clases online (habían regresado a las aulas el pasado mes de marzo) y solo está funcionando presencialmente, y con las debidas medidas de seguridad, nuestro taller de artesanía, puesto que es una fuente de ingresos para las mujeres de los slums que ahora, más que nunca, necesitan”, explica María Bodelón.

Otra de las medidas implementadas por la ongd ha sido adelantar las vacaciones del 15 al 1 de mayo, por lo que la ongd permanecerá cerrada hasta principios de junio y no hasta mediados, como era habitual hasta ahora. “Dado que la situación actual nos obliga a paralizar la actividad de forma preventiva, hacer coincidir este período con las vacaciones nos permitirá retomar antes nuestros proyectos, si la situación ha mejorado para entonces”, explica la directora de Semilla.

Dashaswamedh y Sigra

El virus también ha atacado a las familias del centro de Dashaswamedh y de los slums de Sigra, familias con las que trabaja la ongd, pero debido al colapso de servicios sanitarios y la falta de test para realizar la prueba PCR, han tenido que pasar la enfermedad en sus casas como han podido, sin tratamiento ni ingreso hospitalario, necesario en algunos de los casos que han revestido más gravedad.

Esta segunda ola llega cuando bastantes familias del slum de Sigra, con las que trabaja Semilla para el Cambio, se encuentran en su estado de origen, Bengala Occidental, hasta donde se han ido desplazando durante estas últimas semanas para acudir a las urnas. “Sin duda, esto es positivo para ellas, dado que sus condiciones de vida aquí son mucho más precarias que en sus aldeas, donde -en el caso de que haya un confinamiento total- al menos pueden contar con el apoyo de sus familias. Aquí, hacinadas en chabolas de plásticos, a 45 grados de temperatura, y rodeadas de condiciones insalubres, un nuevo confinamiento resultaría, sin duda, mucho peor para ellas. No obstante, estaremos atentas ante las necesidades de las familias de los slums que permanecen en Varanasi.

Por otra parte, las familias del barrio de Dashaswamedh (el otro centro de la ongd situado a orillas del río Ganges) viven desde sus casas, con miedo a salir, esta nueva ola de coronavirus. Aunque no se ha declarado el confinamiento total, la actividad económica y por tanto, los ingresos de las familias, se ha visto reducida considerablemente. María Bodelón explica que “estamos preparándonos por si llega un confinamiento total. En ese caso, la ongd atenderá a las familias que estén en situación de vulnerabilidad. Nuestra capacidad económica es mucho menor que la del año pasado, pero encontraremos la manera de hacerlo. Empezaríamos dando apoyo a las famiilias que estén en Varanasi con niños/as en el programa educativo. Y luego si conseguimos más fondos, extenderíamos la ayuda a otras familias de los slums o de Dashaswamedh con bajos recursos. Si hay confinamiento, estas familias dependen totalmente de ayuda externa”.

Os seguiremos informando y os agradecemos vuestro apoyo para poder dar respuesta a la pandemia.

Gracias por estar ahí

 

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