“El voluntariado nos enseñó lo importante que es adaptarse a la realidad de la sociedad a la que estás ayudando”

Voluntariado - Semilla para el cambio

Susana, Patricia y Rosana son compañeras de trabajo en España, y decidieron usar las 40 horas anuales que les da su empresa para realizar voluntariado sobre el terreno, en los proyectos de Semilla para el Cambio en Varanasi. 

Voluntariado - psicomotricidad - Semilla para el cambio
Una de las voluntarias colaborando con los circuitos de psicomotricidad

Este pasado verano, Susana y otra compañera de su trabajo (Verónica) viajaron a India. Y ese viaje fue la chispa que las ha acabado llevando a Varanasi.  “Al volver, teníamos claro que queríamos hacer algo para ayudar a las personas más desfavorecidas de la sociedad de este país. —nos comenta Susana— Varanasi nos había atrapado a las dos, así que Verónica se puso en contacto con diversas ONG de la ciudad consultando la posibilidad de colaborar, y cuando María Bodelón nos dijo que sí, ya no lo pensamos más”

Finalmente Verónica no pudo viajar, pero Susana vino acompañada de otras dos compañeras. Las tres llegaron cargadas de ilusión, ganas de trabajar y de conocer otras realidades;  y también con tres maletas llenas de materiales nuevos para el Programa de Educación. Durante su semana de voluntariado Susana, Patricia y Rosana pudieron conocer de primera mano todos los proyectos en los que trabaja la ONG y ayudar en los proyectos de educación en el centro de Sigra, así como en la actualización de la base de datos de las familias beneficiarias del centro de Dashashwamedh.

Entre otras tareas, las voluntarias se encargaron de supervisar y calificar los exámenes de inglés y matemáticas que hacen de forma periódica los alumnos y alumnas del Proyecto de Educación Integral.  También ayudaron a la realización de los circuitos de psicomotricidad de los más pequeños en el centro de la ONG en Sigra.

En el centro de Dashashwamendh, por otro lado, ayudaron en la recopilación de datos de todas las familias beneficiarias para la actualización de la base de datos. “Me gustó mucho hacer este trabajo —comenta Patricia—, eso me permitió ver la realidad de estas familias y entender la forma en que Semilla les está ayudando”. De la misma forma, Rosana reconoce que “con este trabajo de campo me di cuenta de lo importante que es adaptarse a la realidad de la sociedad a la que estás ayudando y utilizar los recursos de los que dispones y que se adaptan mejor a la situación.”

Una experiencia para concienciar

El trabajo en Varanasi de estas tres voluntarias ha servido, sin duda, para seguir avanzando en el desarrollo de los diferentes proyectos de Semilla en terreno, pero “el punto fuerte será la divulgación que podamos hacer después en España”, asegura Rosana. Y es que una vez de vuelta a España, las tres voluntarias presentarán su experiencia a sus compañeros de oficina “para que sepan la labor que se está haciendo y para concienciarles sobre otras realidades y sobre proyectos que, aunque más pequeños que las grandes organizaciones que todos conocemos, también están contribuyendo a la mejora de vida de muchas personas.”, dice Susana. “Todo para motivarles a que se puedan involucrar también en este u otros proyectos de forma voluntaria.”

 

 

 

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