El pasado mes de diciembre despedimos con gran tristeza a uno de los voluntarios más entregados de Semilla para el Cambio, Dionisio Bodelón, que era, además, el padre de la fundadora de la ONGD, María Bodelón.
Dionisio, más conocido por Nisio, era un hombre con un sorprendente don de gentes, conocido por tantos y tantos vecinos de su ciudad, A Coruña. Todas y todos le recuerdan por su sonrisa constante, su carácter bromista y su generosidad. Desde que María comenzó su tarea en Varanasi, Dionisio se comprometió en cuerpo y alma con la ONGD, aprovechando su jubilación para volcar toda su energía en conseguir mejorar las oportunidades de la infancia de los slums de la India. En tres ocasiones pisó el terreno de Varanasi, conociendo de primera mano la labor de la ONGD en su día a día, disfrutando mucho con estos viajes. La India le traía dulces recuerdos de su época de infancia, según decía. Los que le conocíamos de cerca adorábamos escuchar sus carcajadas constantes, su gran imaginación, que le llevaba a inventar historias para su querida nieta Shyla o a bailar con lobos. Nos quedan esas tomaduras de pelo que nos llevan a sonreír al recordarle
Además de ser parte de la Junta Directiva durante varios años, conseguir fondos y participar y apoyar todo tipo de eventos en A Coruña, Nisio era embajador incansable de la labor de Semilla. A todo el mundo le entregaba un folleto de la ong que llevaba siempre en su bolso y le hablaba de lo que su hija había construido. Incluso cuando la enfermedad fue mermando su movilidad, seguía contando a sus cuidadoras las historias de India y de Semilla. Su compromiso, su cariño y su sonrisa nos acompañarán para siempre. Desde el río Miño al Ganges te deseamos buen viaje, Nisio.
María Bodelón y su hermana Cristina