Dónde actuamos
Semilla para el Cambio desarrolla su labor en India, centrando su foco de actuación en la ciudad de Varanasi (también conocida como Benarés) y, en concreto, en el barrio de Dashashwamedh y los slums de Sigra, con las comunidades de recogedores de basura.
India es el segundo país más poblado del mundo y la séptima economía mundial, pero también el país que concentra el mayor índice de pobreza del planeta (unos 330 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza) y con una alta tasa de trabajo infantil, con más de 10 millones de niños y niñas trabajadores.
Varanasi, situada en el centro del valle del Ganges, es la ciudad más santa del hinduismo, al tiempo que una de las más subdesarrolladas de India, con más 300 slums (barrios marginales de chabolas). Se localiza en el estado de Uttar Pradesh (UP), el más poblado del país, con casi 200 millones de habitantes en un territorio que ocupa la mitad de España y con graves deficiencias en todas los índices de desarrollo, como una alta tasa de analfabetismo, una alta tasa de matrimonios infantiles, menor índice de género etc.
Semilla para el Cambio tiene dos centros en Varanasi, en los barrios de Dashaswamedh y Sigra. Allí trabaja con los sectores más vulnerables de la población, en particular con la infancia y las mujeres.
Dashaswamedh y los slums de Sigra
Dentro de Varanasi, Semilla para el Cambio empezó su andadura en el año 2009 trabajando con las comunidades de dhobiwalas (lavanderos), vendedores ambulantes, barrenderos etc del barrio de Dashaswamedh (cercano al Ganges). Familias locales pertenecientes a las castas más bajas de la sociedad india, con ocupaciones precarias y escasos recursos que malviven en el núcleo histórico de Varanasi; en muchas ocasiones se veían obligadas a poner a los hijos e hijas a trabajar para ayudar con la economía familiar.
En 2010, la ONG empezó a trabajar también con las comunidades de recolectores de basura de los slums del barrio de Sigra, una zona en la que paulatinamente ha ido concentrando su foco de acción.
En estos slums viven comunidades de inmigrantes rurales que proceden de otros estados indios, principalmente de Bengala Occidental, y que por la falta de oportunidades o por las deudas contraídas en sus aldeas (debido a las sequías y malas cosechas) emigran a la ciudad buscando mejoras económicas. Pero huyendo de la pobreza, acaban malviviendo en condiciones extremas y en un ambiente de marginalidad, obligados a instalarse en barrios de chabolas y trabajar en la recolección de material reciclable o en la conducción de “rickshaws” (un medio de transporte para pasajeros tirado por una bicicleta), que tan sólo les reporta entre 1 y 3 euros diarios.