El experto, quién se encuentra tras el blog y las redes de “mi dieta cojea”, visitará la ciudad de Varanasi, India, en el mes de febrero. Durante las dos semanas que durará su voluntariado, prestará apoyo al proyecto de nutrición de la ongd supervisando las dietas de los comedores de la organización para los/as estudiantes y ofreciendo asesoramiento al equipo en terreno con el objeto de implantar mejoras en el proyecto.
Semilla para el Cambio ha cerrado un acuerdo de colaboración con el dietista-nutricionista y tecnólogo alimentario Aitor Sánchez García, que trabajará como voluntario junto a los coordinadores de los centros de Semilla para mejorar el proyecto de nutrición que la organización inició en 2010.
La ongd cuenta con dos comedores escolares en Sigra y Dashashwamedh. En ellos se les proporciona a los/as estudiantes una dieta saludable y equilibrada, elaborada bajo asesoramiento médico, que incluye todos los alimentos básicos para su correcto crecimiento. Además, la ongd lleva a cabo campañas de desparasitación, controles de peso y mediciones periódicas para prevenir enfermedades y problemas de desarrollo en niños y niñas por déficit alimentario o por la existencia de parásitos intestinales.
Durante su estancia en Varanasi, el nutricionista colaborará con este proyecto mediante el acuerdo: “India en perspectiva: cómo tener una correcta nutrición y hábitos saludables con escasos recursos”, que tiene como objeto fortalecer el mismo mediante la mejora de la calidad nutricional de los menús ofrecidos en el proyecto, compartir herramientas de seguimiento nutricional, aumentar el conocimiento sobre nutrición de los y las trabajadoras de la organización y de los y las voluntarias de ésta, y sensibilizar a la población española sobre la situación de las comunidades de los slums con las que trabaja la ongd.
Durante su estancia, estará acompañado por el personal de Semilla, que le prestará asesoramiento y apoyo para que su visita sea lo más fructífera posible y suponga una verdadera mejora en el programa y en el bienestar y salud de sus beneficiarios/as. “Una correcta nutrición es esencial para el crecimiento y desarrollo físico y mental y aunque, sin duda, durante estos 10 años se ha visto una gran mejora en el estado de los niños y niñas con los que trabajamos, es necesario que sigamos mejorando. La visita de Aitor supone un gran paso para la organización, tanto por su trabajo como nutricionista, que nos ayudará a mejorar los menús, lograr un mejor perfil dietético, adaptarlos a las personas vegetarianas de forma adecuada y adquirir nuevas herramientas de control y materiales educativos. Además, con su labor divulgativa ayudará a sensibilizar a la población sobre la importancia de la nutrición y la situación en la que se encuentran las comunidades con las que trabajamos en Varanasi. ”, afirma Carmen Vicente, coordinadora de proyectos de la ongd.
Desnutrición infantil
El 46% de los niños y niñas de India padecen desnutrición, lo que se refleja en su baja talla y en su desarrollo tanto físico como mental. Esta desnutrición es consecuencia de la falta de medios económicos, la desinformación y las malas condiciones higiénico-sanitarias (como el consumo de agua contaminada, o la transmisión de parásitos) que hay en entornos como los slums.
Las secuelas de la desnutrición son muy serias y en algunos casos irreversibles, ya que van más allá de un desarrollo físico deficiente. Una alimentación insuficiente y poco equilibrada limita el desarrollo mental del niño o la niña durante el resto de su vida y conlleva una mayor susceptibilidad de contraer enfermedades.
La alimentación en los slums es muy pobre y poco equilibrada, basada principalmente en el consumo de arroz y otros cereales y algunas verduras y hortalizas y con un acceso limitado a las proteínas y las frutas. A esto se unen las condiciones de insalubridad en las que viven, la falta de higiene y el escaso acceso a información y consiguiente desconocimiento sobre nutrición y cuidado de madres gestantes y del bebé, por lo que muchos pequeños nacen con bajo peso y arrastran las consecuencias a lo largo de toda su infancia (con hasta 2 años de retraso cognitivo y físico con respecto a niños bien nutridos) y su vida adulta.