Favorecer el desarrollo físico y mental de los niños y niñas desde las primeras edades. Ese es el objetivo de una nueva medida que se ha puesto en marcha en las clases preparatorias de Semilla para el Cambio. Desde ahora, los estudiantes de entre 3 y 6 años realizarán regularmente circuitos de psicomotricidad.
Las clases preparatorias de Semilla para el Cambio han incorporado una nueva medida para favorecer la estimulación y el desarrollo de los niños y niñas de los slums que se incorporan al Programa de Educación Integral. Esta semana se han empezado a realizar circuitos de psicomotricidad para impulsar su correcta evolución física y mental.
Se trata de distintos ejercicios mediante los cuales las niñas y niños trabajan, de forma lúdica y divertida, los reflejos, la movilidad, el conocimiento del cuerpo o la relación con el espacio y con sus compañeros. “El desarrollo desde las edades tempranas es fundamental para que los niños y niñas crezcan correctamente y ganen las habilidades necesarias, tanto físicas como psicológicas, para poderse relacionar con su entorno. Con estas nuevas actividades queremos fomentar este desarrollo y facilitar su buen crecimiento”, comenta la directora de la ONG, María Bodelón.
Un espacio para el crecimiento físico y personal
Las sesiones se van a realizar tres veces por semana y se alternarán ejercicios de psicomotricidad fina y gruesa, con actividades para el autoconocimiento del cuerpo y para la relajación.
Todos estos ejercicios ayudan al desarrollo del cerebro de los niños y niñas, incidiendo en áreas que tienen una relación directa con el aprendizaje del lenguaje, la escritura o el equilibrio. Para trabajar la psicomotricidad gruesa, los alumnos realizarán cada semana un circuito con distintas estaciones en las que tendrán que saltar, correr, caminar siguiendo una línea recta, pasar por aros… Mientras que la psicomotricidad fina se trabajará mediante ejercicios mucho más precisos, en los que los niños y niñas tendrán que usar sus manos para, por ejemplo, coger objetos con los dedos, con pinzas o recortar con tijeras.
“Todos los ejercicios están pensados para trabajar diversos aspectos que ayudan en la coordinación óculo-manual de los niños y niñas así como a entender volúmenes, pesos o la relación espacial”, explica María Bodelón.
Las clases preparatorias de Semilla para el Cambio están orientadas a preparar a los niños/as de entre tres y seis años para la escolarización. El objetivo es que los niños y niñas se acostumbren a la rutina de ir a clase, socialicen y aprendan conceptos básicos de inglés, así como hábitos higiénicos como lavarse las manos o los dientes. Con estas nuevas actividades, se incidirá también en el desarrollo psicomotriz, que es básico para controlar los movimientos e impulsos emocionales, así como para adaptarse mejor al medio social, familiar y escolar.