Rozi Bibi es un ejemplo de superación y de las dificultades a las que se enfrenta una mujer en India. Con 15 años ya la habían casado dos veces, había sido víctima de malos tratos y dado a luz a un bebé con parálisis cerebral, por lo que fue rechazada por su familia política. Rozi estudió en el Proyecto de Alfabetización de Semilla para el Cambio y trabaja en el taller de Artesanía de la ongd desde 2017.
La infancia de Rozi no fue fácil, no pudo ir a la escuela debido a la condición financiera de su familia y tuvo que trabajar desde niña. Con tan solo 13 años la casaron, era la segunda esposa de un hombre que la golpeaba, por lo que se divorció. La separación en India es un estigma y mucho más a tan temprana edad. Después de unos años, los padres de Rozi la obligaron a casarse por segunda vez y tuvo que sufrir de nuevo malos tratos físicos y psicológicos. “Cuando estaba embarazada de 4 meses, mi marido me amenazaba diciéndome que me iba a dejar, su familia también quería que me fuera”, recuerda Rozi.
Cuando nació Ayan, su marido no fue a ver a su hijo, ni colaboró con los gastos del hospital. El pequeño nació con parálisis cerebral y la ongd puso en marcha una campaña de crowdfunding para apoyar los gastos del hospital, se temía por su vida, pero finalmente el bebé salió de peligro. “Cuando mi marido se enteró de que el niño necesitaba tratamiento, lo utilizó para pedirme el divorcio”, explica Rozi, que entonces se trasladó a vivir con sus padres y hermanos al slum y comenzó a trabajar como asistenta limpiando casas.
Ayan nació el 17 de enero de 2020 en una situación crítica por unas complicaciones durante el parto que le provocaron falta de oxígeno, que derivó en una infección generalizada y graves problemas en riñones e hígado. Finalmente, gracias a las aportaciones de la ongd y al apoyo de cientos de personas, se pudo a hacer frente a los gastos de un mes de hospitalización. Pero el pequeño, ahora con 2 años, precisa de una atención médica especial, como fisioterapia y ejercicios para mejorar su movilidad. “Los médicos nos han explicado que podemos mejorar su vida, pero que no existe tratamiento”, afirma Rozi, que aún tiene esperanza en su recuperación.
Taller de género
En 2019, Semilla puso en marcha una nueva acción dentro del Programa de Mujer y de la campaña Con M de Mujer, un curso de género dirigido a las mujeres de los slums de Sigra, que tiene como objetivo avanzar en su proceso de empoderamiento con una nueva herramienta de concienciación. Para Rozi, poder participar en estos cursos ha sido un regalo, porque asegura que ha aprendido mucho sobre la posición de las mujeres en la sociedad y en la familia, y sobre sus derechos.
“Una mujer tiene que levantar la voz cuando no puede más, por este motivo dejé la casa de mi marido y volví a casa mis padres”, confiesa Rozi, que tomó esta decisión tras asistir a una de las sesiones de este curso. “Las mujeres en India no tienen importancia ni respeto en la familia. Las decisiones las toman solo los hombres”, concluye.
Programa de Mujer
Las beneficiarias de los proyectos de Mujer de Semilla para el Cambio no solo obtienen un empleo o una educación que les ofrece nuevas oportunidades, entran en una familia. Así nos lo cuenta Rozi, que se siente feliz de compartir la vida con otras mujeres: “Me siento feliz de trabajar en equipo con un grupo de mujeres y de que podamos ser independientes. Todas nos respetamos y nos entendemos”.
A ella, estar trabajando en este proyecto la hace sentirse realizada. “Me encanta cuando elaboramos nuevos productos, me gusta seguir aprendiendo y considero que es muy útil para el futuro”, explica Rozi, que espera que los proyectos artesanales de la ongd crezcan más, para que más mujeres puedan aprender y tener más oportunidades.