Conocemos la experiencia de Jéssica Giner tras regresar de Varanasi, donde ha podido colaborar en terreno con los proyectos de Semilla para el Cambio. Motivada por la relación directa entre el equipo de la ongd y las comunidades con las que trabaja, Jéssica vuelve a casa con el convencimiento reforzado. Ella es socia de Semilla para el Cambio y apoya su proyecto ‘Con M de Mujer’. Ahora, además, se propone trabajar para sumar esfuerzos a la iniciativa de concienciar y desmitificar la menstruación, que la ongd realiza junto a la entidad local Muheem.
– ¿Cómo conociste Semilla para el Cambio?
– Había leído en foros de viajeros acerca de Semilla para el Cambio y una amiga me la recomendó, casualmente, hablando sobre proyectos en India. Yo había colaborado con otras ong a nivel independiente, preparando pequeños proyectos por todo el mundo, pero realmente no encontraba la ong que me diera confianza, en cuanto al impacto de las aportaciones y la gestión interna de los proyectos. Así que contacté con Semilla para el Cambio, viajé a India y con solo conocer a María Bodelón me di cuenta que esta ongd era mi lugar. Al ver su manera de gestionar y de tratar directamente a las personas allí, tuve enseguida muy claro que había merecido la pena esperar todo este tiempo, aprender de otras ong y entregarme con fuerza y cariño a Semilla para el Cambio y formar parte del equipo tan bonito que ha formado María, a lo largo de todos estos años de trabajo persistente y puro amor incondicional.
– ¿Y por qué decidiste hacerte socia de la ONG?
– Lo que me apasiona de Semilla es que el nombre realmente es lo que es. Los miembros y voluntarios ponemos una semilla, pero esa semilla crece y directa o indirectamente varias personas pueden beneficiarse y tener el derecho a la educación, sanidad, nutrición, derecho a la igualdad, como nosotros la tenemos. Solo que en Occidente, por suerte, nacemos con este pan de oro debajo del brazo y ellos no. ¿Por qué no compartir un trocito de pan y plantar tu propia semilla?
– Tú que has visto el trabajo de Semilla en terreno, ¿qué opinas de la gestión que hace la ONG de los fondos? ¿Cómo valoras los proyectos que realiza en Varanasi?
– Los proyectos están muy bien pensados para poder beneficiar a las comunidades desfavorecidas en un presente y futuro, en todos sus valores. Una de las cosas que me encantaron de María Bodelón es que no para de pensar sin cesar, como vocación natural, constante en todos los proyectos, sobre cómo mejorar constantemente, de manera real, abriendo nuevos caminos. Es un sin parar, porque ellos lo necesitan y ella es muy consciente de ello. Creo en todos los proyectos de Semilla para el Cambio. A título personal, tengo predilección por el programa “Con M de Mujer” y el de Nutrición.
– Como socia del Programa de Mujer,¿has tenido ocasión de conocer a las beneficiarias del programa? ¿Cómo has visto la situación de la mujer en India? ¿Y cómo crees que este programa está ayudando a las mujeres de los slums?
– Soy socia del programa ‘Con M de Mujer’ y colaboro también a nivel general, porque creo que es necesario colaborar en la gestión de la ongd, para mantener la infraestructura y equilibrar todos los proyectos. Por suerte al estar como voluntaria allí y verles, conocerles, hablar con las mujeres del proyecto, cada una en su lengua o con las traductoras, veo que ellas trabajan, tienen ilusión, son independientes económicamente de sus maridos, que esto en la India es muy importante, comparten sus problemas, su autoestima va mejorando al poder venir al centro y ver que ahora pueden leer, ahora pueden hablar hasta un poco de inglés, pueden ayudar a sus hijos a hacer los deberes, leer los carteles cuando caminan por la calle y ser conscientes de que ellas valen como seres humanos, como mujeres, madres, hijas, hermanas y, quizás, esposas.
La razón por la que elegí el proyecto “Con M de Mujer”, en el que voy a continuar cada vez con más fuerza, es que si una madre tiene independencia y autoestima, no hay nada que la frene. Sus hijos irán a la escuela, tomarán sus comidas y vitaminas; recibirán medicinas cuando lo necesiten, tendrán acceso a la sanidad en todos los aspectos posibles, podrán ir a la universidad y trabajar, como todos hemos tenido derecho. Y, lo más importante, que no casarán pronto a sus hijas y lucharán por tener sus derechos. Porque Semilla para el Cambio trabaja para que esas niñas completen sus estudios y ellas elijan. Un proceso de apertura de la mente-derecho en una cultura tan cerrada y machista, en el que María y todo su equipo están pendientes de manera persistente, ¡para mí es maravilloso!
– ¿Recomendarías a otras personas asociarse a Semilla para el Cambio?
– Si pudiera tener una varita mágica, haría que todo el mundo pudiera ver y sentir mi experiencia en Semilla por el Cambio durante este tiempo allí. Y que luego sus corazones eligieran si quieren asociarse. Seguramente casi todo el mundo, si pudiera, se haría miembro, no me cabe la menor duda.
– ¿Cómo ha sido tu experiencia estos días en Varanasi, visitando la ONG?
– Pues aparte de maravillosa, no tengo palabras para describirla. No quería regresar. Si hubiera podido, habría cambiado mis billetes. Espero el año que viene volver más tiempo, y trabajar para ellos, con persistencia y amor.
También tengo que decir que ha habido momentos duros, porque para que esto sea maravilloso hay que luchar, y en el camino de la lucha hay sufrimiento. Es parte de la vida… Un bebé se nos moría tras un parto donde no le había llegado oxígeno, con riesgo de parálisis cerebral… y recuerdo a María, que estaba en el centro de la ong, que salió hacia el hospital con la familia para intentar salvarlo. El bebé se salvó y ahora está mejorando, yo misma pude verle y sentir su respiración, puse mi mano en su pecho…¡una vida más!
Estoy muy agradecida y me siento muy afortunada de poder colaborar y aportar mi pequeña Semilla para el Cambio.
– Como activa colaboradora que eres, seguro que tienes planes para colaborar con Semilla ahora que has regresado…
– Así es! Acabo de regresar a España con más fuerza, con nuevas ideas y energía para continuar colaborando con Semilla para el Cambio. De hecho, este año quiero trabajar en la recaudación de fondos para apoyar la educación, no sólo a nivel de alfabetización que damos en las escuelas, sino en los slums, donde no hay oportunidad. María Bodelón está trabajando junto a Swati Singh, que es la directora de Muheem (Ek Sarthak Prayas), en un proyecto de concienciación sobre la menstruación, tratando desde sexualidad, a la regla, el uso de las compresas y cómo comunicar esto en la familia. También es un proyecto que quiere educar a los hombres y de este modo, caminar hacia un entendimiento social basado en el respeto, la comunicación y el amor.
Si tú, como Jéssica, quieres plantar semillas a través de nuestros proyectos, súmate a Semilla para el Cambio