Sebas Cabral viene de Argentina, tiene 35 años y desde hace 7, regresa cada año a India, donde se ha formado en meditación budista tibetana. El rodaje de un documental sobre la infancia en los slums de Varanasi le llevó a conocer el trabajo de Semilla para el Cambio. Surgió entonces la oportunidad de implementar la práctica de este tipo de meditación, más conocida como Mindfulness, entre los estudiantes de nuestro programa. En esta entrevista, Sebas nos cuenta cómo ha ido el taller que ha impartido estas últimas semanas en nuestro centro de Dashashwamed.
Ha sido una experiencia hermosa, así que estoy feliz de compartirla…
– Muchas personas se estarán preguntando por qué un taller de meditación para los estudiantes de nuestro programa educativo…
– En Occidente, muchas veces entendemos la meditación como ¨calmar la mente¨, esto para la meditación tibetana, también conocida como Mindfulness, es solo el comienzo, porque una vez que tenemos la mente calmada, es el momento para plantar algunas semillas que ayuden a los niños a tener más herramientas emocionales y poder reflexionar sobre algunos temas que les darán paz; una mente reflexiva, donde ellos mismos podrán propagar paz y bienestar en su entorno.
– ¿Y cómo acogieron el taller? ¿Les pareció buena idea?
– ¡Los niños estaban súper entusiasmados!. Les gustaban mucho las clases, me esperaban sentados en posición de meditación, era emocionante. Ellos estaban bastante familiarizados porque claro, está en el subconsciente colectivo, pero no practicaban.
– Entonces, hubo participación…
– Vinieron alrededor de 20 niños, a veces más, a veces menos. Lo lindo es que una persona que medita se vuelve beneficio para los demás. ¡Así que seguramente se beneficiaron más!. Sus compañeros, sus familias, y todo su entorno, ¡hasta los animales que hay por el barrio!. Si la mente está contenta, todos se benefician.
– ¿Qué dinámicas habéis puesto en práctica?
– Para dar una meditación, lo primero que hago es brindar alguna práctica de conciencia corporal, ya sea algo suave de yoga, de taichi o automasaje. Conectar con el cuerpo ayuda mucho a llegarnos y situarnos en el lugar, a estar más presentes… Ajustar el tono, si están muy hiperactivos o más bien dormidos… Entonces, una gentil llegada siempre ayuda a establecer una buena práctica. Luego de esto, creamos una buena motivación para tener una práctica con menos distracciones, recordando, por ejemplo, cómo fue su día tras la práctica de meditación. Una vez que queda claro por qué es importante meditar, la práctica es mejor.
Tras la motivación, comenzamos un trabajo de concentrar la mente con distintas prácticas, a veces contando respiraciones o llevando la atención a alguna parte del cuerpo. Una vez la mente está calmada y concentrada, comenzamos a hacer este trabajo de reflexión y lógica, para también poder transformar emociones y generar hábitos saludables en nuestra manera de pensar.
A veces trabajamos sobre la interdependencia, interconexión con los otros seres, ecología, compasión con los demás y con uno mismo, también el agradecimiento y empatía, etc.
– ¿Y qué impactos tienen estas prácticas del Mindfulness?
– La meditación Mindfulness siempre hace foco en diferenciar la felicidad efímera que dan las cosas externas, y la felicidad que surge de la mente. Cuando la entrenamos, esta felicidad es estable y nunca decrece, si se trabaja.
– Y concretamente, en estas tres semanas de taller, ¿los chavales han experimentado algún cambio?
– ¡Sí!. Como daba las clases de meditación bien temprano, antes de comenzar las actividades escolares, su mente permanecía más tranquila y enfocada para los estudios… Ellos mismos y sus maestros contaban que estaban más tranquilos y enfocados en las clases.
– ¿Ha habido algo en especial que te haya llamado la atención? ¿Alguna anécdota?
– El respeto, el amor y la valoración fue excelente siempre. El cariño, las ganas de que vuelva pronto… Fue hermoso.
– ¿Qué te llevas de esta experiencia?
– Yo me llevo de experiencia un gran SÍ para seguir desarrollando este camino, seguir profundizando y muchas ganas de concretar el proyecto de escribir un libro de meditación para niños, y también para ayudar a los padres para que puedan hacerlo.
– ¿Qué se llevan ellos y ellas?
– Ellos se llevan herramientas concretas de meditación, ejercicios de respiración, diferentes maneras de enfocar la mente cuando estamos desequilibrados emocionalmente o preocupados, ansiosos o estresados. Se llevan más espacio en su mente y también nuevas maneras de pensar.
Sebastián Cabral cuenta con formación en el ámbito de la meditación budista tibetana. Además es arquitecto especializado en diseño de escuelas alternativas. Durante su estancia en Varanasi ha aportado ideas Montessori al proyecto de educación. ¡Pero eso ya os lo contaremos en otro post!