Jayanto trabaja desde 2016 en el centro de Dashashwamedh de Semilla para el Cambio. Es uno de los profesores que vivió el cierre del centro a finales de 2018 y el período de transición hasta su reciente reapertura. En esta entrevista nos cuenta su experiencia.
Jayanto es ahora el profesor de los cursos de 7º, 8º y 9º. En marzo de este año se cumplirán cuatro años desde que entró a formar parte del equipo docente de Dashashwamedh, antes de su cierre temporal. “En mi primer día de clase estaba increíblemente nervioso. Al principio, fue difícil para mí saber qué debía hacer todos los días, pero con el tiempo, el proceso se volvió mucho más fácil y comencé a ser más creativo con las lecciones —recuerda—. Pero con esta experiencia tan beneficiosa, he aprendido muchas estrategias y métodos que me han ayudado a crecer como maestro y a ayudar mejor a mis alumnos”.
Mientras el centro de Dashashwamedh estuvo cerrado, Jayanto continuó dando clases a sus estudiantes en su propia casa. “Obviamente no era lo mismo, ya que, al vivir con mi familia, tenía más problemas de espacio y menos recursos que en el centro”, explica, pero con el apoyo de la ONG logró que los alumnos y alumnas siguieran prosperando y que sus resultados académicos no se vieran afectados
También contó con el apoyo de la jefa de estudios de Semilla para el Cambio, Rumpa Paul, que le ayudó a mejorar sus procedimientos: “Gracias a ella he mejorado mi forma de enseñar. Nos ha enseñado a elaborar temas, así como a agregar experimentos y actividades prácticas para que los alumnos puedan entender mejor las materias”.
Nuevo centro
Y ahora, en el nuevo centro de Dashashwamedh trabaja mano a mano con el coordinador Vivek Srivastava. “Es una persona que dirige el centro de una manera muy positiva —opina—. Su comportamiento con los profesores y el resto del personal es muy bueno y nos ayuda siempre que lo necesitamos. Su gestión es muy buena”. También está muy contento con las nuevas instalaciones: “Está en una buena ubicación y todos los estudiantes viven cerca. Además, el área es muy tranquila, lo que nos proporciona un ambiente educativo muy adecuado”.
“Los estudiantes que vienen a este centro son de familias pobres. Sus padres no tienen educación ni recursos para dar a sus hijos e hijas un buen ambiente para el estudio —explica Jayanto—, pero cuando llegan aquí, ven una esperanza. Creo que por esto, el comportamiento de los niños y niñas cambia cuando llegan al centro. Se compartan todos muy bien y mejoran en su educación, que es el aspecto más importante para nosotros”.
Según Jayanto, el apoyo de Semilla para el Cambio es fundamental para que los padres puedan dar una educación adecuada a sus hijos. También para proporcionarles una alimentación adecuada, “ya que muchas de estas familias no pueden proporcionar a sus hijos la nutrición diaria que necesitan”. Aún así, sabe que hay que seguir trabajando y reforzando algunos aspectos: “Hay que seguir trabajando en la motivación de los estudiantes y también crear más conciencia sobre el estudio, quizás con algún programa de interacción directa con ellos u organizando premios y concursos”, propone.