Ha sido el estudiante con mejor calificación del centro de Sigra este curso pasado, y con solo 10 años, Rehan ya tiene claro qué quiere ser de mayor. También está convencido de que su futuro y el de su familia pasa por la educación. Quiere ir a la universidad para poder ayudar a sus padres a mejorar su vida.
“En el futuro solo quiero vivir en paz y en armonía. También quiero que haya prosperidad y que menos personas vivan en la pobreza”. Las aspiraciones de Rehan no se quedan ahí, con tan solo 10 años también ha decidido que quiere convertirse en un ingeniero. “Me encanta conocer el mecanismo que se esconde detrás de todas las cosas”.
Con un 89,4% de promedio en todas las asignaturas, no solo ha sido el mejor alumno de 3er curso, sino que, además, ha obtenido la nota más alta de todos los estudiantes de Semilla para el Cambio en el barrio de Sigra. Para Rumpa Paul, jefa de estudios del Programa Educativo de la ONG, Rehan es “un ejemplo y una fuente de inspiración para el resto de nuestros estudiantes. Pone de manifiesto que, a pesar de las difíciles condiciones en las que vive la mayoría de las familias beneficiarias de Semilla, es posible rendir en los estudios y sacar unos grandes resultados”.
Y es precisamente de su familia de quien no se olvida Rehan, especialmente de su madre. Con veinticinco años, Asha Bibi entró en el proyecto de Alfabetización de Semilla sin saber leer y escribir, hoy en día es promotora de salud en el barrio de Sigra y también trabaja en el Taller de Artesanía elaborando regalos solidarios. “Estoy estudiando para tener un trabajo que me permita ayudar a mis padres cuando sean mayores. Ahora están cuidando mucho de mí y de mis hermanos, más adelante nos tocará a nosotros estar a su lado”.
Mientras tanto, hasta que llegue el día de ir a la universidad, Rehan tiene una cita de lunes a sábado con el colegio Children’s Valley English School. El Programa de Educación integral de Semilla financia su escolarización, cubriendo todos los materiales que necesita como libros, cuadernos, uniformes y la matrícula de cada curso. Actualmente más de 260 niños y niñas de Varanasi están escolarizados gracias a la labor de Semilla para el Cambio.