Ranju, Poonam, Kusun, Sameer, Anita, Sonam, Salini, Menu, Sonali, Geeta, Lakshmi, Rabilca y Toluba son las trece mujeres de los slums de Varanasi que, desde hace un par de semanas, participan en la nueva edición del Curso de iniciación de corte y confección, una de las acciones formativas del Programa de Empoderamiento de Mujer de Semilla para el Cambio.
En el primer piso del centro de Semilla para el Cambio en el barrio de Sigra, justo al lado de la habitación en la que la niñera Najeera cuida de los pequeños de las mujeres que se forman o trabajan en la ONG, una nueva promoción de alumnas está aprendiendo desde hace varias semanas las técnicas básicas de patronaje y costura. Aunque para la mayoría de ellas ya era demasiado tarde para escolarizarse, porque tienen edades comprendidas entre los 16 y los 45 años, este grupo de mujeres no ha tirado la toalla. “Movidas por los ejemplos y las referencias de otras mujeres que se formaron y que ahora trabajan en la ONG, nos hemos dicho que nunca es demasiado tarde para aprender una profesión”, reconoce Sonali, una de las alumnas del taller.
Durante tres horas y media al día, este grupo de mujeres acude cada mañana a su cita con esta nueva edición del Taller de iniciación de Corte y Confección.“Espero aprender una profesión que me permita ayudar a arreglar las prendas de las personas de mi comunidad, al tiempo que gano un poco de dinero y contribuyo a la economía familiar”, reconoce Geeta, una de las mujeres que participa en el taller. Tomar medidas, coser a mano y a máquina, así como confeccionar sencillas prendas de vestir para bebés y niños, son algunas de las habilidades que este grupo de trece mujeres aprenderá durante las primeras semanas de esta formación práctica.
“Trabajar al lado de este grupo de luchadoras es una maravilla, aprenden muy rápido y se ha generado una complicidad entre nosotras que facilita el aprendizaje”, reconoce Ruchi Singh, la profesora de la formación desde hace varios años. Este curso teórico-práctico tiene una duración de seis meses, un tiempo en el que las mujeres se formarán en técnicas básicas de patronaje y costura para aprender a elaborar sus propias prendas de vestir o realizar remiendos.
Durante las primeras semanas del taller, las mujeres aprenden a utilizar los utensilios típicos de la costura, a tomar medidas, y a desenvolverse con la aguja y con el diseño de los patrones. Y, a medida que avancen las clases, las participantes del taller aprenderán a confeccionar prendas más elaboradas, como enaguas para saris, conjuntos para bebés y otras prendas de vestir tradicionales de la India.
Al mismo tiempo, las mujeres están siguiendo el primer nivel del Curso de Alfabetización para adultos, que es imprescindible para apuntarse al taller de costura, ya que para seguirlo es necesario saber leer, escribir y realizar operaciones matemáticas básicas. Hasta la fecha se han graduado en Corte y Confección cerca de una treintena de mujeres, algunas de las cuales han pasado a trabajar en el Taller de Artesanía de Semilla, donde elaboran los regalos solidarios a cambio de un salario digno.
Una demanda de las propias mujeres
El origen del primer taller de Corte y Confección, destinado a la formación para el empleo y el autoempleo de las mujeres de los slums de Varanasi, se remonta al año 2014. Fue a raíz de los buenos resultados obtenidos con las primeras ediciones de Proyecto de Alfabetización de Semilla, cuando las propias mujeres que acababan de aprender a leer y escribir mostraron su interés por aprender otras habilidades que pudieran influir en su mejora económica e incrementar sus posibilidades de empleo.
Cuando Semilla para el Cambio empezó a colaborar hace ahora una década con las comunidades más desfavorecidas de Varanasi, en los barrios de Dashashwamedh y Sigra, el índice de analfabetismo entre las mujeres era del 75% y 93% respectivamente, lo que limitaba enormemente sus posibilidades laborales y sociales. En esta línea, con el Proyecto de Alfabetización y el taller de Corte y Confección se persigue que las mujeres beneficiarias cuenten con las habilidades básicas para aumentar sus capacidades, su autonomía e integración en la sociedad. Además, está probado que una mujer con educación cuida, nutre y educa mejor a sus hijos, tienen niños más tarde y de forma más planificada.