Álvaro del Val realizó este verano en Donostia una exposición fotográfica a favor de Semilla para el Cambio. “India”, una selección de imágenes tomadas en Agra, Orchha y Varanasi, ha servido para recaudar fondos para los proyectos de educación, salud, nutrición y mujer. En esta entrevista nos cuenta qué lo llevó a organizar esta acción solidaria.

¿Cómo conociste la labor de Semilla para el Cambio?

Visité vuestros proyectos el año pasado en terreno. Hice un viaje por India con un grupo de fotógrafos y durante nuestra estancia en Varanasi, visitamos la ONG y pudimos ver los proyectos en directo. Me quedé muy impresionado con el trabajo que hacéis allí, especialmente con la labor que hacéis con la infancia.

Llevábamos varios días viajando por India y, en Varanasi en concreto, se ve a muchos niños y niñas por la calle. Hay mucha pobreza infantil y ver como Semilla les está dando educación, los está alimentando y les está enseñando hábitos de higiene y salud, me pareció muy motivador. Además, hablando con ellos, puedes ver como ellos mismos buscan la perfección en lo que hacen.

¿Y cómo surgió la idea de hacer una exposición solidaria?

Soy fotógrafo aficionado y suelo hacer exposiciones con las fotos de mis viajes. Tras visitar Semilla para el Cambio quería colaborar de alguna manera y me pareció que vender las obras de mi exposición y destinarlo a los proyectos de la ONG podía ser una buena manera.

El proceso de creación de la exposición fue más complicado. En un viaje como el que hice por India, dedicado a la fotografía, se vuelve con mucho material, así que elegir qué iba a exponer y qué quería contar fue un proceso complejo. Al final decidí centrarlo en las personas, para reflejar su forma de vida y la espiritualidad que hay en India.

Cuéntanos qué se expuso finalmente y cuál fue la manera de colaborar… 

Elegí 34 fotografías de gran formato y todo un panel de imágenes más pequeñas. Estuvieron tres semanas expuestas en la Sociedad Fotográfica de San Sebastián y durante ese tiempo los visitantes pudieron encargar y comprar copias. Además, había un dossier y folletos informativos sobre la labor de Semilla para el Cambio, para que pudieran informarse sobre los proyectos con los que estaban colaborando.

¿Cuál fue la respuesta de la gente?

La iniciativa tuvo muy buena acogida. Los visitantes reaccionaron muy bien y se vendieron un total de 27 fotografías. Con ellas se recaudaron unos 700 euros para la ONG.

¿Qué supone para ti esta colaboración?

Es muy gratificante, ya no solo por el reconocimiento que supone que gusten mis fotografías, también por poder devolver algo de que me he traído de India. Para mí ha sido muy satisfactorio dar a conocer el trabajo de Semilla para el Cambio y poder colaborar con sus proyectos.

¿Y qué opinas de los viajes solidarios o de visitar alguna ONG cuando viajas?

Al salirte del recorrido turístico y acercarte a la gente, vives los verdaderos problemas del país y tienen un contacto más directo con las personas y su día a día. Era la primera vez que viajaba fuera de Europa y me impactó mucho. Tras esta experiencia, no descarto hacer un voluntariado en algún momento.