Hace unas semanas se incorporaron a las clases preparatorias de Semilla dos estudiantes muy especiales: Sahibul y Sabana, de 8 y 6 años respectivamente. Dos nuevos alumnos de los slums con discapacidad física e intelectual que se integran en el Programa de Educación Integral.
Los dos sufrieron parálisis cerebral al nacer, lo que les ha dejado con una capacidad limitada para moverse y para mantener el equilibrio y la postura. Al tener discapacidad física e intelectual, hasta el momento vivían prácticamente aislados en el slum, sin haber acudido nunca a la escuela, pero recientemente se matricularon en el centro de Semilla, donde acuden dos veces a la semana para realizar actividades de estimulación y para integrarse con el resto de niños y niñas.
Con esto, Semilla pretende que su Programa de Educación Integral sea lo más inclusivo posible, integrando también a alumnos con necesidades educativas especiales que, por lo general, en India (y más en entornos marginales como los slums) son ignorados y crecen sin ningún tipo de estimulación ni atención educativa.
Según un análisis del Banco Mundial sobre la Encuesta Nacional llevada a cabo en la India en 2002 —y unos de los pocos datos oficiales que existen sobre este tema—, entre un 5% y un 8% de la población india sufre algún tipo de discapacidad y la probabilidad de que un niño/a con discapacidad no sea escolarizado es cinco veces y media superior a la de un niño/a sin discapacidad.
Además, según este documento de la Unesco, casi el 75% de los niños/as aquejados de impedimentos graves en la India se encuentran sin escolarizar, mientras que ese porcentaje oscila entre un 35% y un 40% en el caso de los que padecen discapacidad leve o moderada. Los que corren mayor riesgo de verse excluidos son los que sufren de retraso mental —dos tercios de ellos nunca se matriculan en una escuela— o los invidentes —más de la mitad nunca están escolarizados—.
Evaluados por especialistas
Sahibul y Sabana han sido evaluados por una especialista de la ONG Divya Jyoti, una ONG india que desde 1997 dirige un centro de capacitación y trabajo para personas adultas con discapacidad mental, parálisis cerebral, autismo y discapacidades múltiples en Varanasi.
A lo largo de todo el curso, esta especialista asesorará al profesorado de Semilla para la atención de estos dos alumnos y dará pautas sobre cómo estimularlos y ayudarles a ser más autónomos. “Hasta el momento, estos niños estaban prácticamente todo el día en casa y eran muy dependientes —explica María Bodelón, directora de Semilla para el Cambio—. Ahora la idea es, poco a poco, enseñarles a hacer cosas por sí mismos, como coger la cuchara para poder alimentarse de forma autónoma, o expresarse a través de señas”.
La ONG también les comprará una silla de ruedas adaptada para que puedan estar sentados y desplazarse con más facilidad. “Con Sahibul hemos visto un avance muy grande en poco tiempo. A los pocos días de empezar a venir al centro e interaccionar con otros niños del programa, ya era capaz de jugar al carambol o incluso bailar dentro de sus limitaciones. Es un niño muy alegre y muy motivado; es inspirador para los que le rodeamos! Sus posibilidades de evolución son grandes. Sabana tiene cierto retraso mental y por ello su situación es diferente”, cuenta María Bodelón.
Con la integración de Sahibul y Sabana, Semilla para el Cambio da los primeros pasos para la inclusión de los niños y niñas con discapacidad de los slums, apostando por la igualdad de oportunidades para todos ellos y ellas.