El trabajo de estos años de Semilla para el Cambio en India, nos han permitido ver que los métodos de estudio de muchos de los centros del país, se basaban en la repetición. Pero desde nuestra experiencia, sabemos que memorizar no siempre significa aprender, ni tampoco entender lo estudiado.
Varias investigaciones, como la publicada en su momento en la revista Educational Leadership, en su artículo “La importancia de jugar”, demuestran que el alumnado que estudia en centros donde se combinan los temarios académicos con juegos, no sólo tienen mejores conocimientos en lenguaje, escritura o a la hora de resolver problemas, sino que también desarrollan mejores destrezas sociales.
En el Programa de Educación Integral de Semilla, las niñas y niños beneficiarias/os vienen de escenarios donde se ven obligados a trabajar desde edades muy tempranas como recolectores de basuras para ayudar al sustento de la familia, por lo que casi no han tenido espacio para lo lúdico. Con ellos, todavía más, el juego tiene mucha importancia, en su educación y en su vida.
En las clases de refuerzo que reciben en los centros de Sigra y Dashashwamedh se ha formado a los profesores/as para que enseñen de una manera lúdica y diversa, empleando el juego como una parte del proceso de enseñanza y aprendizaje. Esto favorece el desarrollo intelectual, ya que la actividad mental que se produce con el juego es continua y estimula la imaginación y la exploración. También su desarrollo emocional, ya que genera situaciones en las que la niña/o aprende a controlar sus sentimientos y a resolver sus problemas emocionales.
Además, el juego divierte y, por lo tanto, “engancha” al alumnado, motivándole a seguir jugando y a seguir aprendiendo. Igualmente, desarrolla la creatividad y la colaboración, a la vez que permite un espacio para equivocarse de manera controlada. Los niños pierden el miedo a perder.
Se mire como se mire, añadir juegos a los métodos educativos, funciona. Por eso, desde los centros de Semilla para el Cambio trabajamos para que las clases sean útiles a los niños y niñas, pero también, y por qué no, divertidas.