Vienen de todas partes de España y es la primera vez que viajan a India. La sonrisa de la gente, su mirada, los colores vivos en las calles, ese caos en el que todo funciona… son algunas de las cosas que más les llaman la atención en este primer contacto con el país asiático. Hablamos del grupo de viajeros de Acción Solidaria; once personas que decidieron apuntarse a este viaje, organizado por Open Eyes en colaboración con Semilla para el Cambio, para conocer, de una forma diferente y alternativa, las maravillas de la India, su gran diversidad cultural y religiosa, mientras se sumergen en el mundo de la cooperación internacional.
La aventura empezó la semana pasada, cuando aterrizaron en Nueva Delhi, la capital india. Allí visitaron los iconos más emblemáticos y empezaron un tour por otras ciudades como Agra, Jaipur y Pushkar, mientras conocían varios proyectos sociales. Ahora pasan cinco días en Varanasi.
Llegaron a esta ciudad santa el pasado domingo, tras más de 12h de viaje en tren desde Agra. Cansados pero ilusionados, dedicaron la jornada a tener un primer contacto con la ciudad y su gente. Y a partir del lunes, empezó la acción.
Los once viajeros han estado estos días acompañados por el equipo de la ONG, que les ha hablado sobre cooperación y la labor que realiza Semilla sobre el terreno, y ellos mismos han podido adentrarse y participar de los proyectos in situ, conociendo de primera mano a los beneficiarios y las beneficiarias de Sigra y Dashashwamedh.
“Semilla realiza una labor muy completa y muy transparente –opina Roser Fernández, una de las viajeras-. En algunas ONG, hay veces que no queda claro a dónde va a parar el dinero, pero en este caso lo puedes ver in situ. Es bonito ver cómo el trabajo de la ONG revierte directamente sobre ellos y cómo les ayuda a salir de su círculo de pobreza. Además, es importante el hecho de que no les ayuda a a cambiar, sino que les facilita las herramientas para que ellos lo hagan”.
“Impresiona lo bien gestionado que están todos los proyectos. Y todo lo que habéis conseguido en tan solo 8 años. Estar aquí de visita te hace pensar cómo de una pequeña idea o una simple visita puede surgir algo tan grande”, opina Miguel Ángel Gil.
Actividades
El viaje de Acción solidaria incluye también la participación en algunos de los proyectos de la ONG y, por ejemplo, las artesanas de Marina Silk les han enseñado estos días la técnica del pintado de pañuelos de seda. Todos juntos, diseñaron y pintaron dos pañuelos.
También participaron en las actividades de las clases de 4º y 5º, colaborando con los estudiantes en la creación de una maqueta del sistema solar a partir de bolas de papel y de un volcán de arcilla en el que simularon una erupción. Además, el grupo se reunió con las promotoras de salud, presenció el trabajo que se desarrolla en el dispensario médico en directo y visitó las casas de algunas familias beneficiarias de recogedores de basura y de lavanderos.
Y también asistieron a un curso de cocina impartido por las cocineras de Sigra, Laltusi y Baisun, que les enseñaron a cocinar varios platos típicos de la gastronomía india que después pudieron degustar en la cena.
“Literalmente nos hemos metido hasta en la cocina de la ONG y el trabajo que se hace a todos los niveles es impresionante”, opina Lucía Moreno.
Aunque algunos también echaron en falta más acción. “Hubiera estado mejor ayudar directamente en algo, hacer algo más concreto”, señala Roser Fernández.
Colaboradores
Cada año dos o tres grupos de viajeros visitan Semilla con este viaje de acción solidaria organizado por Open Eyes. Personas sensibilizadas con la temática social que, tras conocer los proyectos en persona, en algunos casos deciden iniciar una relación con la ONG con los colaboradores. Es el caso de María Llaneli, que viajó a Varanasi el verano pasado y que ahora forma parte del recién creado grupo de voluntariado de Andalucía. “Ya conocía Semilla para el Cambio por una amiga que es madrina de dos niñas, así que cuando vi un anuncio del viaje, decidí apuntarme”, cuenta.
María asegura que con este viaje pudo conocer realmente lo que es el turismo solidario y quedó fascinada. “Es una forma fantástica de concienciación –dice-. Este tipo de turismo te conciencia sobre aspectos como la contaminación o sobre cuestiones tan pequeñas como coger un taxi conducido por un hombre o por una mujer”.
Ella también pudo realizar distintas actividades con los beneficiarios y beneficiarias de la ONG. “Estuvimos cocinando, hicimos un taller en Marina Silk, fuimos a visitar los slums y comíamos con los niños casi todos los días. Me hubiese gustado tener una participación más activa en el trabajo de la ONG, jugando más con los niños o ayudando a las mujeres en sus actividades diarias, pero pudimos conocer de primera mano la transparencia que caracteriza a Semilla y revisar al detalle todos los programas”.
María siempre había estado interesada por la cooperación y realizaba habitualmente donaciones a ONGs, pero tras ver como trabajaba Semilla decidió dar un paso más y unirse al grupo de voluntariado. “Sé que Semilla no me va a defraudar y cumple con todo lo que espero de este tipo de organizaciones –dice-. En algún momento, me gustaría viajar a Varanasi de nuevo y colaborar in situ, pero por el momento las circunstancias personales y laborales no me lo permiten”.
Hoy, los participantes del viaje solidario de este año, tras un paseo matutino por el barrio musulmán, visitarán el centro que Semilla tiene en Dashashwamdeh y conocerán algunas de las familias de lavanderos beneficiarias de nuestros programas. Terminarán la jornada con una cena de despedida acompañados por los voluntarios de la ONG.
Esperamos que este viaje deje en ellos un buen recuerdo y -como en el caso de María- sea el principio de una gran relación con Semilla.