Carmen Dequidt trabaja para una importante multinacional y hace unos meses recibió una paga extra por incentivos y decidió destinar una parte a una buena causa: mejorar la calidad de vida de niños/as y mujeres de los slums de Varanasi (India).
“Colaboro con varias ONGs desde hace años, pero llevaba tiempo buscando la forma de hacerlo un poco más de cerca –cuenta Carmen-. Se me presentó la ocasión perfecta cuando una de mis mejores amigas comenzó a colaborar con Semilla para el Cambio y decidió irse a Varanasi durante unos meses”.
A través de su amiga Zeltia Fuciños -voluntaria del Programa de Educación de Semilla en Varanasi- y de la página web, Carmen se informó sobe los proyectos y el funcionamiento de la ONG. “Así he podido ver que Semilla realiza una labor importantísima en los principales ámbitos para el desarrollo humano: educación, nutrición, prevención y atención sanitaria…”, puntualiza.
Pero la colaboración solidaria de Carmen no se quedó únicamente en una donación. “El día que reuní el dinero que quería donar a Semilla para el Cambio, pensé: Si a mí me ha resultado fácil tomar la decisión de hacer un donativo, al observar el trabajo que hace Semilla en Varanasi, desde la burbuja de comodidades” en la que me tocó nacer… ¿Por qué no animar a la gente de mi alrededor que vive en condiciones similares?” –explica-. Pensé que hay mucha gente a mi alrededor que es solidaria, así que la idea de intentar ayudar a construir algo bueno y sólido me empujó a informar a mis compañeros de trabajo sobre el proyecto”.
Carmen escribió un correo electrónico a sus colegas de trabajo para informarles de su decisión de hacer una donación a Semilla y animarles a seguir su ejemplo. “Lo hice intentando dar la mayor información y transparencia posible y animándoles a ser partícipes de este bonito proyecto, aunque sea de la forma más fácil, que es haciendo un donativo –cuenta-. Puse de ejemplo la decisión y la labor de Zeltia y, la verdad, ¡la reacción fue increíble! No esperaba que tantos compañeros y compañeras colaborasen con tanta ilusión”.
Gracias a su iniciativa, en torno a una decena de sus compañeros/as realizaron una donación a los proyectos de Semilla. “Esto nos demuestra y nos enseña que sí que hay gente dispuesta a ayudar y que hay que seguir luchando cada día por hacer de este mundo un lugar mejor. A veces lo complicado es la falta de trazabilidad de algunas donaciones, por ello es de vital importancia dar visibilidad a los hechos”, dice.
“Estoy encantada de haber contribuido a difundir la gran labor de Semilla. Seguid así, ¡sois un ejemplo para todos!”, concluye.
Desde Semilla no podemos más que agradecer su ayuda y la de sus compañeros y decir que ellos y ellas también son un gran ejemplo de compromiso y solidaridad. ¡Gracias!