Virat Gautam, coordinador de Educación, Sanidad y Marina Silk
El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se celebra anualmente cada 17 de octubre desde 1993. Un día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas quiere concienciar al mundo sobre la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países. El tema de este año 2015 es: «Construir un futuro sostenible: unirnos para poner fin a la pobreza y la discriminación».
Con motivo de este día, en Semilla para el Cambio hemos hablado con Virat Gautam, trabajador en Seed for Change (la contraparte de Semilla en India) desde 2011 y coordinador de los proyectos de Educación, Sanidad y Marina Silk. Nacido y criado en Varanasi (India), Virat nos habla de cómo ha evolucionado en los últimos años la situación socio-económica de las familias de los slums y nos da su opinión sobre el futuro de estas comunidades, en particular, y de la India en general.
Semilla para el Cambio empezó hace 5 años su labor en los slums del barrio de Sigra, en Varanasi. ¿En qué niveles de pobreza vivían estas comunidades al inicio del proyecto?
Cuando llegamos en 2011, las familias se encontraban en un estado de pobreza grave. Los ingresos por familia eran mínimos, por lo que vivían el día a día, sin pensar en ahorros, sin pensar en el futuro. Subsistían.Además el índice de alfabetismo era inferior al 10% (sobre una población de más de 1000 habitantes) y sólo 40 de más de 200 niños y niñas de estas comunidades estaban escolarizados.
Por aquel entonces vimos que las personas de los slums donde íbamos a actuar eran muy trabajadoras y que lo que realmente necesitaban era un guía, alguien que les enseñase cómo gestionar sus recursos para vivir en mejores condiciones y que, además, les concienciase sobre la importancia de educar a sus hijos y de seguir buenas prácticas sanitarias que mejorasen la salud de los habitantes, mayores y pequeños.
En los proyectos que lideras, ¿cuáles son los principales desafíos a los que tú y tu equipo os tenéis que enfrentar?
El mayor reto al que nos tuvimos que enfrentar al iniciar el Programa de Educación fue concienciar a las familias sobre la importancia de escolarizar a sus hijos e hijas, explicarles que recibir una educación regular era positivo para la familia en conjunto.
Desde entonces, el desafío al que tenemos que hacer frente es retener a los beneficiarios, para que la asistencia al programa no sea intermitente o para que la familia no decida sacar a su hijo/a del programa para ponerlo a trabajar. Para esto realizamos tutorías regulares con los familiares de los alumnos escolarizados, para que hagan su seguimiento académico y vean los resultados en primera persona. Además, seguimos concienciando a las familias día a día sobre la importancia de la educación de los más pequeños.
En cuanto al Programa de Salud, al principio se puso en marcha para los niños y niñas beneficiarios y luego se expandió para todos los miembros de la familia, ya que vimos que era trascendente concienciar al conjunto de la comunidad sobre las buenas prácticas sanitarias y la importancia de acudir al médico cuando fuese necesario. Al principio fue un proceso difícil, porque tuvimos que ganarnos la confianza de las personas. Por otro lado, la limitación de recursos con la que contamos para financiar el proyecto nos ha puesto, a veces, ante situaciones complicadas en las que hemos tenido que valorar cómo costear el tratamiento médico de un familiar.
Además coordinas el proyecto de Marina Silk. Como en los dos casos anteriores, ¿también fue necesario concienciar a las mujeres para que se implicasen en el proyecto?
No, en este caso se nos presentaron dos desafíos principales diferentes a los anteriores. El primero, consistió en enseñar a nuestras mujeres a pintar; un reto exigente teniendo en cuenta que era la primera vez que todas ellas cogían un pincel. El segundo tenía que ver con el proceso de producción de los pañuelos y los controles de calidad, al que todavía hoy nos seguimos enfrentando. Pintar pañuelos de seda a mano no es fácil y para que el resultado sea correcto, deben darse unas condiciones climatológicas específicas, además de que la técnica del pincel debe ser precisa.
Desde entonces, ¿cómo ha cambiado la situación socio-económica de las familias?
Su situación ha mejorado muchísimo. El hecho de que estemos proporcionando una educación reglada a los niños y niñas, que facilitemos el acceso a la sanidad a las familias y que, a través de nuestros talleres, las mujeres de los slums tengan la oportunidad de obtener un salario digno a final de mes, ha hecho que estas comunidades estén, a día de hoy, más conectadas a la sociedad y al entorno donde viven.
¿Destacarías algún cambio en especial?
Uno de los cambios más significativos que hemos visto ha sido en el comportamiento general de los niños y niñas. Son más respetuosos en clase con sus compañeros y las profesoras, más responsables y conscientes de lo positivo que es tener una educación para ellos y para sus familias. La mayoría quieren seguir estudiando en un futuro.
Según tu punto de vista, de cara a los próximos años, ¿cuáles son las prioridades de Semilla para erradicar la pobreza en las comunidades de slums de Varanasi?
La educación es fundamental para el desarrollo socio-económico de estas comunidades. Una de nuestras prioridades para los próximos años es trabajar en la formación profesional de los niños y niñas más mayores del programa educativo. También apostamos por emplear a largo plazo a más mujeres en los diferentes talleres que desarrollamos en la ONG y estamos estudiando la posibilidad de empezar nuevos proyectos con los hombres de los slums. En definitiva, lo importante es seguir proporcionando las herramientas necesarias que ayuden a mejorar la situación de las familias ahora y en el futuro. Si seguimos así, creo que en pocos años podremos ver una gran diferencia.
India, junto con China, es uno de los focos principales de pobreza extrema del mundo. El objetivo de las Naciones Unidas para 2030 es lograr acabar con la pobreza en todas sus formas y en todos los lugares. ¿Como profesional del mundo de la cooperación y desarrollo, crees que ello es posible?
No estoy seguro de que sea posible, al menos en India. Creo que poder cumplir o no el objetivo marcado por las Naciones Unidas depende de los gobiernos de cada país. En el caso de India, por ejemplo, es cierto que la agenda del Gobierno incluye políticas de desarrollo social y económico. Además, se reciben fondos por parte de organizaciones internacionales para poder llevar a cabo esas políticas. El problema es que el dinero en la práctica no llega a quienes realmente lo necesitan; no llega a la gente. Lograr poner fin a la pobreza en India sucederá cuando tengamos gobiernos serios, cuando desaparezca la corrupción, y eso es un gran reto a conseguir.
Y a nivel de Semilla, crees que en los próximos 15 años sería posible erradicar la pobreza en los slums en los que trabaja la ONG?
Sí, creo que podría suceder. Si nuestros niños y niñas siguen estudiando y trabajando por su futuro profesional, y nuestras mujeres formándose, en los próximos años podrán acceder a trabajos cualificados que les permitan obtener un salario digno con el que ayudar en sus casas y, de esta manera, mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias. Esto es un proceso que requiere tiempo y todavía nos queda mucho trabajo por delante, porque es fácil de decir, pero difícil de hacer.